jueves, 9 de julio de 2009

Lo privado de la Plaza Pública

Miguel Ángel Granados Chapa nos comenta sobre su carrera y sus experiencias en los medios nacionales.

Por Daniel Varela Gasque

“No hay periodista objetivo”; directa, sencilla y tajante fue la respuesta del periodista Miguel Ángel Granados Chapa cuando se le cuestionó sobre la objetividad dentro de la profesión periodística. El asunto lo remata de forma amable pero definitiva citando al escritor español José Bergamín: “si yo fuera un objeto sería objetivo pero como soy un sujeto soy subjetivo”.

Días antes se había acordado realizar esta entrevista en las instalaciones de Radio UNAM a tan solo 15 minutos de terminada la transmisión de la edición su programa “Plaza pública”. Pero la puntualidad no es un lujo que el periodista pueda darse ya que el periodo de tiempo entre la finalización de su programa radiofónico y su salida de Radio UNAM se ha convertido en el espacio de encuentro entre Granados Chapa y un amplio número de colegas, conocidos, admiradores y uno que otro estudiante de comunicación en busca de conocer al ilustre personaje.
Finalmente a las 10:30 (45 minutos después de lo planeado) nos encontramos con Granados Chapa, quien se disculpa por el retraso y nos conduce a una pequeña sala de estar que se encuentra a un lado de la cabina de transmisión donde una hora antes él estuvo trabajando. La sala es pequeña, sencillamente amueblada y lo único que se escucha es la propia transmisión de Radio UNAM que transmite música clásica con un volumen tal que no impide realizar una conversación de forma fluida.

La entrevista comienza rememorando los años del periodista como estudiante en la UNAM, los cuales son peculiarmente llamativos ya que durante estos años Granados Chapa estudió simultáneamente derecho en las mañanas y periodismo en las tardes.
Nos explica que la razón para estudiar derecho tiene como base la relación con su familia “yo no quise ‘inconformar’ a mi familia y por eso estudié derecho”. Mientras que las razones por las que estudió periodismo responden a motivos 100% personales y que se remontan hasta su infancia:

-Desde muy niño me interesé por la información. Yo leía un diario local y un diario nacional en cuanto aprendí a leer, porque era el material que tenía yo a mi alcance y con el tiempo me fue interesando el proceso de la información y así se fueron construyendo mis ganas de participar en la hechura de la información. Eso fue lo que me decidió a estudiar periodismo.

La entrevista continúa, se empieza abordar su vida como profesional y ante la incapacidad de poder plasmar 45 años de carrera en tan solo media hora de conversación las preguntas al columnista se reducen a dos: ¿Qué experiencia le ha hecho decir “¿por que estudié periodismo?”? y al contrario ¿Qué experiencia le ha hecho decir “que bueno que estudié periodismo”?. Ante la primera pregunta Granados Chapa responde de forma simple y directa:

-Nunca me he formulado la primera pregunta

-¿Nunca?

-Nunca

-¿Ni siquiera en momentos de censura como podría ser caso del Excelcior?

-Nunca, siempre tuve claro que yo quería ser periodista. En cuanto a la segunda (pregunta) si. Que bueno que estudié periodismo porque me ha permitido atestiguar muchos fenómenos sociales, conocer a muchas personas determinantes para la vida del país. He ratificado en mi ejercicio del periodismo mi convicción de que quiero ser periodista, nunca he estado en posición que me haga arrepentirme.

¿Algún momento en específico que le venga a la memoria en que reafirmó su convicción de ser periodista?

-Justamente lo que podría haber sido una experiencia adversa como nuestra expulsión de Excelsior se convirtió en lo contrario pues la reacción de la gente, del público al que convocamos para hacer Proceso fue una reacción muy emocionante, en ese momento seguramente dije que bueno que estudie periodismo porque tuve la ocasión de conocer esa reacción de las personas que apoyaron la creación de Proceso. Lo adverso se convirtió en favorable.

-¿Entonces al final de todo lo que ocurrió con Excelsior y Proceso tuvo un balance favorable para usted?

-No, no en muchos términos es incomparable lo que perdimos con lo que ganamos, pero lo que si ganamos fue libertad, la teníamos más restringida en Excelsior. Pero sobre todo ganamos el apoyo de la gente concreta. En Excelsior sabíamos que teníamos lectores pero en Proceso comprobamos que los teníamos y los vimos a los ojos.

Al tocar el tema del Excelsior y sus turbulentos años de 1968 hasta 1976 nuestra entrevista se centra en el polémico tema de la libertad de expresión y sus limitaciones en México, tema que el columnista trata con una análisis casi didáctico: “la libertad de expresión tiene límites formales y límites materiales o reales. Los límites formales están en la ley: no se puede atacar a la vida privada, a la moral pública y al orden público, esos son los límites formales.”

“Ahora, hay tanbien las limitaciones reales” prosigue Granados Chapa “por ejemplo en La Jornada difícilmente encontrara usted un examen critico de Carlos Slim porque el principal anunciante de La Jornada, sin cuyos anuncios La Jornada probablemente no viviría, es Carlos Slim. Sus negocios tienen los anuncios más permanentes, más persistentes dentro de La Jornada. Entonces es difícil que en La Jornada se planten un examen critico del monopolio telefónico por ejemplo.”
“Esto porque entrarían en conflicto con su principal sostenedor, esos son los límites materiales, hay una cierta dependencia con respecto a los anunciantes”

Granados Chapa ejemplifica esta dependencia de los periódicos a la publicidad con el famoso caso del boicot que sufriera en el año de 1972 el periódico Excelsior por parte de sus anunciantes lo cual hubiera dejado al periódico en la ruina de no ser por los anuncios contratados por el gobierno y como eso los comprometió con el gobierno: “veíamos con ojos distintos al gobierno en esa época porque nos estaba ayudando a sobrevivir”.

-¿Entonces la libre expresión en México aun está acotada?

-Si, está acotada formalmente y por una multitud de otros factores. Los anunciantes son un ejemplo, no lo dicen expresamente pero en la sola compra de la publicidad hay un cierto condicionamiento.

-¿Qué se necesitaría para obtener una verdadera libertad de expresión?

-Una independencia total, un periódico sin anuncios, un periódico que viva de sus lectores

-¿Existe ese periódico?

-No, aunque está el caso del Proceso que vive más de sus lectores que de sus anunciantes, aunque aun así necesita de sus anunciantes para sobrevivir.

A pesar de utilizar como ejemplos la presión de los anunciantes sobre los periódicos a dos casos con más de treinta años de diferencia Granados Chapa se muestra optimista cuando se le pregunta respecto a lo que ha ganado y lo que ha perdido el periodismo en México durante los años en los que él ha estado envuelto en los medios.

-Ha ganado mucho, ha ganado libertad, estas limitaciones que hemos hablado eran mucho peores hace 45 años cuando yo empecé a trabajar en los medios. Los márgenes de libertad eran mucho más estrechos, ahora nos podemos mover con mucha mayor libertad, la crítica al gobierno es ahora algo normal.

“Hemos ganado libertad como hemos ganado profesionalismo. -continua el periodista- Justamente por la falta de libertad había falta de investigación había poco activismo profesional, los periodistas se limitaban recibir los boletines de las oficinas de prensa y a reproducirlos. Ahora hay un mayor margen para la investigación, para la indagación de asuntos, el descubrimiento de temas, la exposición de problemas. En términos generales eso no se hacía antes mientras que hoy se hace comúnmente, hoy todos los diarios tienen algo interesante cada día como resultado de su capacidad de investigación. Aun en los diarios más conformistas y rutinarios hay algo interesante.”

“No creo que hayamos perdido” declara confiado cuando se enfoca a responder la segunda parte de la ultima pregunta “Lo único que creo que hemos perdido es nuestra condición de víctimas, pero eso no es una perdida”.

Aunque considera que la prensa en México ha ganado muchas libertades también considera erróneo el plantear a la prensa en México como un “cuarto poder”:

-No existe tal cosa como un cuarto poder. Aunque la televisión sea un poder es un poder asociado al poder político, generalmente asociado al poder ejecutivo, no es un poder distinto. No hay tal poder autónomo de la prensa como un cuarto poder junto al legislativo, judicial y ejecutivo, eso no es cierto.

-Ya que estamos hablando de las relaciones entre la prensa y el poder, usted ha sido miembro del PRD…

Ante esta aseveración Granados Chapa interrumpe abruptamente para hacer una aclaración “fui candidato a gobernador de Hidalgo por el PRD pero no soy miembro, nunca fui miembro del PRD. Yo sé que es difícil entender que uno pueda ser candidato sin ser miembro, pero eso pasa.”

-Aún así usted tuvo un gran acercamiento a la vida política de forma activa ¿Cómo afecta eso a su trabajo como periodista?

-No lo afecta, todo periodista, aunque diga lo contrario, tiene una afiliación partidista, lo que yo he hecho es hacerla explícita. Pero hay muchísimos periodistas que son afines al PAN o afines al PRI y la mayor parte de ellos lo niegan pero el resultado de su trabajo se manifiesta inclinado a su sesgo político personal.

-Entonces en su opinión ¿no hay periodista que no tome posición?

-Todo periodista toma una posición, lo reconozca o no, lo que yo he hecho es reconocerlo. Pero eso no me quita la posibilidad de ser crítico con el partido por el que me siento más próximo, en este momento detesto al PRD por su descomposición interna. El hecho de que me parezca una opción política necesaria para nuestro país no me siega frente a su naturaleza.

-Ya que hablamos del posicionamiento de los periodistas y aun nivel personal ¿Qué hace cuando su posicionamiento va más allá de su razonamiento y lo vencen las emociones?

-Dejarse vencer y ya

-¿Eso no es problemático con la labor periodística?

-No porque aunque nos digan que el periodista debe ser objetivo la objetividad no existe, no hay un periodista objetivo es imposible ser objetivo, al respecto del tema a mi me gusta citar una frase del escritor español José Bergamín “si yo fuero un objeto sería objetivo pero como soy un sujeto soy subjetivo”.

Profundizando en el tema de la objetividad el columnista destaca que “es una farsa decir ‘tal periodista es muy objetivo’. Cuando decimos eso es porque el periodista esta de acuerdo con lo que uno piensa, por eso le parece a uno que es objetivo pero como dije ya la objetividad no existe. Es un montaje ideológico para ocultar subjetividades interesadas.”
“Lo más que se puede hacer en este terreno es entender que uno tiene un punto de vista y hay que atender a otros puntos de vista diferentes”

-Tomando en cuenta estas diferentes visiones que se pueden encontrar en diferentes diarios ¿Cómo ha sido para usted el trabajar en distintos diarios como La Jornada o Reforma?

-Ha sido un pacto de mutuo respeto con los periódicos por ejemplo en Reforma me invitaron trabajar allí por lo que yo soy, no me pidieron que me acomodara al modo de ser de Reforma eso establece un marco de mutuo respeto.

Granados Chapa defiende a su actual diario aunque no concuerde con la posición del diario a la que considera como conservadora en la política. Pero que a pesar de todo ha respetado su posición lo cual hace que Granados Chapa se refiera al diario como un diario “efectivamente plural y respetuosamente plural” además recalca que él “no estaría allí si no fueran un periódico realmente plural”

-Comparando su trabajo en Reforma con el que realizas aquí en Radio UNAM ¿cual disfrutas más de los dos?

-Disfruto hacer los dos, aunque cada una tiene sus diferencias, por ejemplo el lenguaje en la radio uno debe ser más sintético mientras en la prensa uno puede enfocarse más en el análisis. Aun así creo que disfruto más la radio, porque la radio es un trabajo de equipo, también el la prensa, pero en la radio es un trabajo más ostensiblemente de equipo, yo estoy conviviendo en la cabina con las personas que hago el programa durante la hora. Al final disfruto hacer ambos.

-¿Alguna otra diferencia entre ambos?

-El público, el público de la radio desde hace unos diez años se ha venido haciendo muy participativo hay una presencia viva del público que se hace sentir que es mucho más presote que en la prensa e indudablemente mayor que en un medio como la televisión que no admite la participación del público.

Aunque la posibilidad de entrar en una comparación a fondo entre los diversos medios de comunicación se presenta tentadora, la triste realidad es que la media hora concedida por el columnista de “Plaza publica” se agota y es necesario terminar la sesión no sin antes recoger una última anécdota del periodista.

-Antes de finalizar la entrevista hay una ultima pregunta que quiero hacerle ¿se imagina su vida si no se hubiera dedicado al periodismo?

-Te contesto con una anécdota familiar, mi familia no tenía recursos era una familia donde nadie había ido ni a la secundaria si quiera, mis dos hermanas mayores habían estudiado la carrera de secretariado y mi hermano mayor había salido de la primaria y se había dedicado a trabajar de tal manera que cuando yo terminé la primaria mi destino normal era ser inscrito en la academia comercial donde yo iba para ser mecanógrafo. Era a lo más que podíamos aspirar y estando en la caja de la academia comercial, ya para pagar el primer curso, convencí a mi madre para que cruzáramos la calle porque por fortuna esa academia comercial estaba enfrente de una secundaria.
Yo le dije que quería estudiar la secundaria y ella me decía: “es inútil la secundaria es solo el antecedente para otra cosa que no vamos a poder hacer, no vas a poder estudiar una carrera”, no estaba en nuestro horizonte económico ni mental.
Al final la convencí y pues estudié en la universidad y ocurrió lo que ocurrió. En el año 81 recibí el Premio Nacional de Periodismo y bromeando en una reunión familiar le dije a mi madre “ya vez y tú querías que estudiara comercio” y me dijo ella “hubieras sido el gerente del banco”.

“Eso hubiera pasado, sino hubiera sido periodista hubiera sido el gerente del banco.”

Aun con muchas preguntas en el tintero nuestra media hora culmina y el profesor Miguel Ángel Granados Chapa se despide amablemente mientras abandona las instalaciones de Radio UNAM.

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